
El Rincón de Eran Mineri: fantasía oscura y caza de brujas
Escrito por Macarena Ripoll
Me obsesionan las historias que logran conectar hechos reales con fantasía. Las que no solo sumergen en un mundo nuevo, sino que también dejan una pregunta flotando: ¿y si esto, de algún modo, pudo haber pasado? El Rincón, de Eran Mineri, es una de esas historias.
Tiene todos los ingredientes: sanadoras, un sacerdote obsesionado con la caza de brujas, un pueblo chico, supersticioso, y una protagonista que intenta sobrevivir en medio de ese infierno. Lo que parece una típica historia de fantasía oscura termina siendo algo mucho más complejo: un relato que cruza historia, mitología, y hasta la Santa Inquisición.
Nota: Antes de seguir, tené en cuenta que puede haber spoiler (pero nada que arruine la experiencia de lectura).
El Rincón
La novela se ambienta en una aldea remota del Pirineo, donde Mirene, una joven sanadora, vive con su madre. El equilibrio en ese lugar frágil se rompe con la llegada de un nuevo sacerdote, dispuesto a todo por “seguir los designios de Dios”. Desde ahí, el clima se vuelve cada vez más tenso. Rumores, miedo y asesinatos; en el centro de todo, Mirene: acusada, perseguida, forzada a demostrar que no es una bruja. Aunque guarda un secreto que podría condenarla del todo.
Ese secreto es El Rincón, un lugar donde lo real y lo fantástico se mezclan. Allí vive Mhadaos, una figura ligada al otro lado, a lo que el pueblo no quiere nombrar. La novela no solo cruza géneros —historia, folclore, tradición española, romance oscuro—, sino que lo hace con una prosa cuidada y atrapante. Aunque no conozcas a la autora o no suelas leer fantasía oscura, El Rincón te atrapa desde la primera página. La escritura tiene ritmo y sensibilidad.
Mirene
Uno de los grandes aciertos del libro es Mirene. No es fácil construir una protagonista con la que conectes desde la primera página, pero Eran lo logra.
Mirene no busca destacar, no actúa desde la épica ni desde la necesidad de salvar a nadie. Es fuerte, amable, vulnerable, decidida e inteligente. Su forma de estar en el mundo es empática, incluso cuando tiene miedo o está en desventaja. Tiene la capacidad de tender la mano cuando otros eligen dar la espalda. Y aun así, es astuta, resistente, capaz. Se suele confundir amabilidad con debilidad, pero Mirene demuestra que no tienen nada que ver.
Su historia es la de alguien que resiste. El entorno la empuja, la arrastra, le exige más de lo que debería. Aun así, sigue. No hay romanticismo en su lucha ni en su dolor. Lo que hay es una respuesta humana, inevitable, frente a un mundo que no le da tregua.
Su final, para mí, es la consecuencia de toda la violencia que vivió.
Ahí es donde El Rincón también deja su marca más profunda. Porque ser mujer, no importa la época en la que leas esto, implica muchas veces vivir bajo sospecha y opresión. Mirene es sanadora, sabe cosas, y por eso mismo es vista como peligrosa. No necesita hacer nada malo: su sola existencia molesta. Hay una frase que se quedó conmigo, cuando Mhadaos le dice: “A estas alturas, ya han tomado su decisión, independientemente de lo que hagas”. Es eso. A veces no importa si hacés las cosas bien, si sos amable, justa o prudente. Ya decidieron sobre vos. Y eso también es parte del sistema: el prejuicio que se esconde detrás de la moral, el castigo que se disfraza de justicia, la barbarie de creernos dueños de alguien y estar dispuesto a todos por justificar nuestras acciones.
Incluso Mhadaos —ese ser que se supone oscuro, peligroso— termina resultando más humano que los hombres que persiguen a Mirene sin descanso. Es un recordatorio incómodo, pero necesario: muchas veces, el monstruo no está donde nos dijeron que miráramos.
El Rincón es una historia oscura, sí, pero también muy lúcida. Aborda temas densos de una forma en la que no se sienten como tal. La recomiendo una y mil veces, pero siempre con atención a estos trigger warnings:
Muerte • Abuso sexual • Violencia doméstica • Sangre • Pensamientos suicidas • Aborto • Asesinatos.
No trata estos temas de forma burda ni gratuita. Los narra con cuidado, exponiendo el terror que se siente en cada una de esas situaciones. Rara vez se ven estas temáticas representadas de forma tan consciente, y menos aún dentro del género de fantasía.
Creo que la fantasía también puede ser un reflejo de la realidad y, El Rincón, en más de una ocasión, lo demuestra con fuerza.
Encontrala acá