
La tierra sin ustedes y otros cuentos: un libro de ecología y medio ambiente
Los seres humanos habitamos el mundo como si hubiéramos olvidado que hubo un antes y que habrá un después. La palabra "habitar" proviene del latín habitāre, derivado de habēre (tener, poseer). Y así es como existimos: poseyendo la tierra, tratándola como un objeto inanimado, moldeándola a nuestro gusto como si el futuro—y el presente—no nos concerniera. Pero la tierra vive, con o sin nosotros.
Andrea Ferrari Kristeller nos invita a reflexionar sobre esta idea en La Tierra Sin Ustedes y Otros Cuentos.
"Qué fácil es ahora desplegarse despacio, entre la luz y la oscuridad, porque ustedes no están", susurra un árbol en la primera historia del libro.
No es una distopía, ni un relato postapocalíptico al uso. Es más bien un susurro de la selva, una voz que se desliza entre raíces y hojas, narrando lo que quedó cuando la humanidad desapareció. Porque sí, en esta historia ya no estamos. Los árboles, los ríos y los hongos recuperaron su lugar. Y los humanos—los Centelleantes—se extinguieron sin aplausos ni funerales, como si nunca hubieran merecido estar ahí.
La historia de los Centelleantes
La selva los llama así. No por algo noble o luminoso, sino por esas vainas metálicas que brillaban sobre sus cabezas, por el resplandor de su violencia, por el relámpago de su paso destructivo. Los árboles recuerdan, y la selva canta la historia de cómo llegaron, con su arrogancia y su ruido, con sus palos de estruendo, con su hambre de tierra y poder.
"Ustedes jamás se dieron cuenta de que nosotros cantamos", dice la voz del bosque.
Conocemos la historia de los Centelleantes a través de la naturaleza. Por primera vez, ella nos cuenta qué fue del mundo sin nosotros y qué fue de nosotros antes de caer.
Los Centelleantes cayeron como el desenlace lógico del mundo que habitaban sin medir las consecuencias. Pero quienes entendieron la vida como un equilibrio–los mbyá guaraní– permanecieron, resguardados en su respeto por la selva.
En medio de este relato de desaparición y renacimiento, emerge una historia de amor. Un hombre-jaguar y una Centelleante, unidos en la frontera entre dos mundos, en un romance que nunca debió ser. Ni los mbyá guaraní lo aprobaban, ni los centelleantes, y sin embargo, ambos se amaron hasta caer.
Un mosaico de relatos
Aunque La Tierra Sin Ustedes es el eje de esta colección, el libro contiene otros relatos que amplían y diversifican su universo. En El fantasma del Hotel de los Blancos, la memoria y la historia colonial resuenan en un escenario cargado de presencias invisibles. Su convertirse en selva nos sumerge en un proceso de transformación que difumina los límites entre humanidad y naturaleza. El ocelote y La esfera rota exploran, cada uno a su manera, la conexión profunda entre los seres humanos, los animales y los ecosistemas que habitan.
Cada cuento aporta una visión distinta sobre la fragilidad del equilibrio natural y el impacto de la civilización. Con una escritura que oscila entre la poesía y la denuncia, Kristeller logra hilvanar un conjunto de relatos que, sin necesidad de recurrir a discursos explícitos, nos enfrentan con las consecuencias de nuestra desconexión con la Tierra.
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